miércoles, 31 de agosto de 2016

Proyectos

Los poquísimos que en algo me conocen, sabrán que me gustan varias cosas, entre ellas están los libros, la música, las películas e incluso el maquillaje (sí, soy una nerd fashionista chanta), por lo que uno de mis proyectos es hacer pequeñas reseñas de estas cosas en un futuro ¿y por qué no ahora? porque quiero hacerlo seriamente (yo hasta lo más absurdo me lo tomo en serio y es un grave defecto).
Para hacerlo seriamente, tengo que ordenar mi pieza, parece un chiste, pero mi pieza, como mi cerebro es un caos desordenado que sólo yo entiendo, entonces, para empezar tendría que ordenar todos los libros que he leído y que tengo en físico (que son cientos) y también los miles de discos (digitales, maldita pobreza!, aunque a mi favor puedo decir que en la bendita ciudad en la que vivo prácticamente no hay lugares para comprar discos originales, al menos no de la música que yo escucho).
También tendría que darme el tiempo de hacer la larga lista de películas que he visto y que me han gustado y a eso sumarle el punto cosméticos (que es bastante menor, estoy recién empezando en ese submundo del seudo glamour). Ahora, por qué cuento estas cosas que a nadie importan, sólo para que vean que a pesar de lo que pueda parecer es bastante trabajo.
Yo jamás le he temido al trabajo, al contrario, peco un poco de trabajólica (esa es la razón que le doy al mundo para argumentar mi casi nula vida sentimental y/o social), pero todo eso requiere de tiempo, que últimamente he valorado mucho, ya que me he dado cuenta de que esto de la vida adulta implica que el tiempo pase volando. De hecho, volviendo al tema de mi desorden, la falta de tiempo es la razón que me doy para justificar el no ordenar mi ropa y no hacerme las uñas el fin de semana pasado.
Sumarle a lo anterior que casi voy a cumplir una semana sin hacer elíptica (sí, tengo una en la pieza y aunque no se note mucho porque tengo un cuerpo caribeño sin sabor, el mes pasado hice más de 100 kilómetros en ella), todo lo anterior hace que mi trastorno obsesivo compulsivo se trastorne aún más, porque todas estas cosas forman parte de mi rito diario y/o semanal y no hacerlo me estresa.
En fin, también me gustaría tomar temas de actualidad y dar mi opinión sobre ellas (con el particular estilo que justifica el nombre de este hermoso blog), pero ya veremos, por mientras me gustan estas seudo confesiones cotidianas.
Eso.-

martes, 30 de agosto de 2016

El orgullo

Me parece que es muy importante para cualquier ser humano sentirse, en algún momento de su vida, orgulloso. Pero también me he dado cuenta, de que las personas, para variar, mal entienden el concepto, ya que se supone que el orgullo tiene que ver con la satisfacción que se siente el haber logrado algo que pocos han hecho y que supuso un esfuerzo lograr, ya sea de tipo económico, de tiempo, académico, preparación, entre otros puntos.
Pero a lo largo de mi aún corta vida, he escuchado comentarios del estilo, soy orgullosa de ser mujer, o de ser mamá, o de haber criado a mis hijos solo o sola. A ver, cuál es el esfuerzo que se tuvo que tener para ser mujer o ser hombre? porque es eso a secas, en ningún caso fue un "mujer/hombre luchador/a" (en ese caso se estaría orgullosa/o por luchar, no por ser mujer/hombre). El sexo con el que nacemos es algo casi azaroso, no lo podemos determinar, no es un objetivo a conseguir por sí mismo.
Lo mismo en el caso de ser padres, eso es producto de una decisión o en el peor de los casos descuido, pero no lo considero motivo de orgullo, ya que es un proceso fisiológico natural, y para tener sexo no se necesita ser experto, al menos no para fecundar a alguien, ya que estamos, no veo el mérito en ello.
Me pasa lo mismo con el tema de la crianza, asumiendo que somos adultos responsables, me parece un deber el criar a los hijos que trajimos concienzudamente al mundo, es una responsabilidad y no un mérito (ahora, si estamos hablando de una persona que tiene algún impedimento de cualquier tipo y luchó contra esa adversidad y logró salir adelante junto a los suyos, es otra cosa, pero cuando se dice así no más porque sí, sigo sin ver el mérito, la razón para estar orgulloso)
Para mí un motivo de orgullo es el sacar una carrera, ya que dedicamos tiempo, dinero y neuronas en conseguir el preciado título. O una casa, ya que seguramente tuvimos que ahorrar una gran cantidad de dinero, y una vez con ella en las manos, seguir pagando. O un sueño, como viajar al extranjero, publicar un libro o hacer algo que no haga la mayoría, algo que te destaque por sobre tu entorno. Es por esto que digo llena de orgullo de que este humilde blog ya ha sido leído en Portugal, España, Estados Unidos, Alemania, India, Mexíco, Guatemala, Argentina, Colombia, Perú y por supuesto Chile.
Eso.-

lunes, 29 de agosto de 2016

El consumismo

Seamos francos, a todos, sin excepción, nos guata comprar cosas que necesitamos o que simplemente nos gustan, esos pequeños placeres a veces culpables y otras no tanto, quien diga lo contrario simplemente es un hipócrita y ojo que no estoy hablando de grandes cosas, pero los gustitos considero que son inevitables. Claro que conozco la pirámide de las necesidades y me parece que es aquí donde está el problema.
Lo nocivo es cuando se trastoca esta pirámide y preferimos comprarnos un perfume caro en vez de comer tranquilamente un par de semanas, pero ahí ya hablamos de personas que a mi juicio tienen un grave problemas de prioridades (que no son pocos, lamentablemente), peoe aún si se asocia este gasto innecesario a una adicción nefasta como el alcoholismo o la drogadicción (me parece que este punto requerirá de un apartado próximo en este blog)
Pero por lo menos a mí me encanta comprar cosas que quizás no use mucho pero que me gustan o que alguna vez soñé con tenerlas en mi adolescencia, son tesoros pequeños que quizá si los juntara se transformaría en una buena cantidad de dinero. El caso es que estas cosas no provocan un quiebre en mi presupuesto ya que sé manejarlo, sin embargo, aún así, es molesto cuando alguna persona entrometida opina que debería hacer otras cosas con ese dinero.
Partamos de la base de que soy una mujer adulta y responsable que trabaja para conseguir su dinero. No es que me cuestione mi actuar ante estos comentarios, pero cuando son repetitivos es difícil ignorarlos. Digamos que esta sería una especie de válvula de escape para justificar mi supuesta superficialidad. De verdad este es el término que ocupa una persona que tiene una estructura familiar propia confusa?
Me hace recordar a esa frase hecha del que no fuma que le comenta a un fumador que con el dinero que gasta en cigarrillos se podría comprar el Ferrari, o sea, yo no veo que todos los no fumadores manejen Ferraris. Es una idiotez, claro que tengo mis proyectos, pero no estoy dispuesta a martirtizarme por el camino con tal de conseguir un gran objetivo, que quizás nunca logre porque simplemente existe la clara posibilidad de que puedo morir antes de cumplirlo por un montón de razones.
Un poco de respeto por las pequeñas felicidades ajenas, prefiero ser feliz con mis pequeñas cosas frikis y no tener una vida miserable sin ningún ápice de emoción al obtener algo que deseas.
Eso.-

domingo, 28 de agosto de 2016

La Mentira

El problema de la mentira, no es la mentira en sí, el problema es cuando uno se da cuenta de que es una mentira, porque reconozcámoslo, cuando alguien nos miente, generalmente es para no hacernos daño, para evitarnos un dolor o un rato desagradable, por lo que seguimos confiando y viviendo una vida medianamente tranquila y apacible, sin embargo, algo ocurre, un desliz, versiones opuestas, olvidos, entre otros indicios, que nos hacen descubrir el engaño.
Y el sentimiento se vuelve doblemente amargo, no sólo porque descubrimos lo que nos ocultaban, sino que además porque nos dimos cuenta de que caímos, como las tontas que no queremos ser, nos damos cuenta de que nos engañaron, jugaron con nuestra voluntad, caímos ante meras palabras y empezamos a ver las respuestas en todas partes, lugares que antes de saberlo habían pasado desapercibidos.
Y esto se da en todo orden de cosas y nos queda la desconfianza, aunque haya sido sólo una vez y en el futuro siempre hayan verdades absolutas, lo que se descompuso una vez jamás volverá a ser lo mismo. Nos supera, no es que seamos rencorosos y no conozcamos el perdón, simplemente es más poderoso que nuestra voluntad, porque la maldita memoria nos recuerda la ofensa, no nos deja olvidar.
Las mentiras las podemos escuchar en muchos contextos diversos, por ejemplo, cuando alguien muere, automáticamente vienen los honores, las buenas palabras, los elogios, de las mismas personas que cuando el muerto aún no lo estaba, simplemente lo ignoraban y quienes estamos ajenos a esta situación debemos aprender a identificar a las personas mentirosas, que sólo se aprovechan incluso de esas circunstancias para figurar y separarlas de aquellas que realmente hablan a partir de la experiencia, del seguimiento constante y la admiración sincera en el tiempo.
Porque acá también hay otro problema, la gran mayoría de las personas tienen una memoria nefasta, ya que no recuerdan las palabras antes dichas y con suerte sólo retienen el ahora, entonces no hacen el saludable ejercicio de pensar y analizar las cosas que vamos escuchando en este momento llamado vida.
En fin, hay muchos que prefieren la miel de la mentira, pero como ya saben, soy una amarga, que prefiere el agraz de la verdad para así poder eliminar a los traidores inmediatamente.
Eso.-

sábado, 27 de agosto de 2016

Ley de atracción

No cabe duda de que los medios digitales han invadido nuestra vida querámoslo o no, en todo orden de cosas y es nuestra obligación adaptarnos a ello. Si queremos optar a un trabajo, estudiar o incluso hacer un simple trámite como pagar una cuenta, debemos interactuar con este medio, que puede ser beneficioso o perjudicial, dependiendo del prisma con el que estemos observando. Sin embargo, en lo que a mí respecta, los medios digitales, en especial las redes sociales no son más que un juego.
Tengo súper claro que para la mayoría de las personas no es así, o sea, Facebook, Twitter, Instagram o lo que sea son su vida, donde cuentan todo y todo se lo toman a pecho, trascendiendo a la simple plataforma y llevando el tema a la vida personal y lamentablemente como la mayoría de las personas no tienen argumentos de peso o simple razonamiento lógico, pero se amparan dentro del anonimato y protección que brindan estas plataformas, se dan el lujo de decir lo que se les pega en gana.
Sé que en estos momentos también estoy jugando con eso, pero yo me amparo en el abstracto mundo de las ideas, y a nadie le estoy diciendo que huele mal, que su cara es asquerosa o que su madre quizá qué cosa. Yo sólo estoy contando lo que reflexiono, matizándolo con lo que me pasa y lo que veo, y tú eres libre de si no estás de acuerdo no seguir leyendo e ir a otra página que cubra tus intereses o necesidades.
En fin, si llevamos esto de los medios digitales al plano amoroso, sé que hay muchas personas que se lo toman muy en serio, pero yo no soy de esas personas, para mí el coquetear con tipos es un juego, no significa nada y en el 99% de los casos jamás lo llevaré al plano real, porque la experiencia me ha enseñado de que no resulta, ya que estas personas generalmente (supongo que habrá alguna excepción) sólo quieren sexo, cumplir sus fantasías, pasar el rato, sin compromisos y yo soy una persona de compromisos.
Pero estas últimas semanas me ha llamado poderosamente la atención el grado de atracción que estoy teniendo (por eso el título), lo malo es que se trata de puros personajes a los que jamás se me habría ocurrido que yo podría atraerles o interesarse por mí. Dejo muy en claro que yo tampoco si quiera los habría mirado, ya que o no tenemos absolutamente nada en común o podrían ser mis padres o mis abuelos o estar en el otro lado del mundo con idiomas y peor, culturas totalmente opuestas.
Entonces me pregunto, será que definitivamente nunca podré encontrar una persona con la que tenga alguna historia de vida en común? Qué pasará en algunos años más? Me rendiré? Ampliaré mi abanico? Me traicionaré a mí misma con tal de huir de la vilipendiada soledad?
Eso.-

viernes, 26 de agosto de 2016

El fracaso

Obviamente cuando leemos la palabra que titula esta publicación, inmediatamente la asociamos a algo negativo, pero este concepto, como todos, tiene innumerables matices y por supuesto, diversos grados de dolor. Convengamos en que en primer lugar está el cliché de que de los fracasos siempre se puede sacar un aprendizaje, idea con la que estoy totalmente de acuerdo, aunque lamentablemente no todos son capaces de entender la enseñanza que debería quedarnos de esta experiencia negativa.
Pero aparte de eso, fracasar y su consecuencia, ya sea el dolor, la decepción, humillación, entre otros sentimientos y emociones, generalmente negativos, van a depender de a quién le asociemos la responsabilidad en este fracaso. Ya que claramente, no todos son nuestra responsabilidad y cuando esta es ajena, me parece que duele mucho más que se haya producido este fracaso (hablo tanto a nivel personal como profesional)
Claramente, cuando hablamos de responsabilidades ajenas de nuestros propios fracasos, hay que tratar de ser lo más objetivo posible, ya que es el recurso fácil, el tratar de desligarse de las causas que provocaron este fracaso. Siempre es mejor que la culpa sea de otro. La idea es que cuando sea este el caso, analicemos qué estamos dispuestos a hacer nosotros al respecto, continuar hidalgamente con nuestro comportamiento, siendo consecuentes con nuestra esencia o prostituirnos ante el sistema.
Porque cuando efectivamente la responsabilidad sí es del otro, lo que nos queda para cambiar este resultado en una próxima oportunidad, generalmente tiene que ver con el tranzar nuestros valores y creencias. Me explico, supongamos que hemos sido despedidos de un trabajo, las causas pueden ser múltiples, sin embargo se pueden clasificar... está la opción de que sea nuestra responsabilidad y a partir de eso podemos aprender de nuestro error y remediarlo o simplemente no hacer nada al respecto y dejárselo al destino, en cuyo caso podemos seguir fracasando a futuro o tener un golpe de suerte y a pesar de ser mediocres, caerle bien a alguien que nos preserve en el trabajo.
Pero qué pasa cuando la responsabilidad es de otro? En el sentido de que por ejemplo fuimos despedidos porque a un colega o cliente no le pareció algo que hicimos en nuestra vida personal? Qué podemos hacer para evitar esta situación a futuro? Cambiar nuestra forma de ser? de pensar?
Estaríamos dispuestos a fingir una vida socialmente aceptada con tal de que no hablen mal de nosotros? acaso esta acción nos lo garantiza? Acaso la sociedad no hablará de nosotros porque hacemos o no algo?
Por mi parte no estoy dispuesta a dejar de ser yo por agradarle a un grupo de hipócritas. Si tengo que prostituir mi conciencia con tal de ser socialmente exitoso... bienvenido fracaso!!!
Eso.-

jueves, 25 de agosto de 2016

El camino al infierno está lleno de buenas intenciones

Cuando una persona está sin trabajo, decide muchas cosas, como por ejemplo, qué tan grande es su desesperación, cuántas cosas está dispuesta a tranzar, cuánto va a intentarlo, entre otras muchas cosas.
Pero independiente de todas esas cosas, fíjense que me referí a que es esta misma persona la que debe decidir esas cosas, como persona adulta que es, ya que sólo esa persona puede determinar el grado de responsabilidades que tiene, la dependencia que tienen de ella su entorno más cercano y un largo blá blá blá.
Sin embargo, dependiendo de la cantidad de amigos que tenga esa persona, es muy probable que aparezcan aquellos que por tratar de "ayudarte" te llenen de propuestas de diversa índole y te hagan sugerencias o te den consejos que no has pedido. Pero esto es en todo orden de cosas, cuando no tienes trabajo, cuando no tienes pareja, cuando no tienes hijos, cuando no te ves como se supone que debes verte, entre otras muchos aspectos "sociales".
Y es ahí cuando encuentras sentido a frases como la del título o esa que dice que "el infierno son los otros". A veces sientes que los demás están más preocupados de tu vida que tú mismo y empiezas a entender que palabras como libertad y respeto, no encajan en esta sociedad hipócrita y llena de dobles intenciones. Porque esa misma gente que dice ser tu amiga y querer ayudarte, cuando realmente los necesitas nunca están, pero siempre se mostrarán a tus ojos y en especial frente a las demás personas como gente que simplemente quiere cooperar contigo y juegan a manipular la verdad haciéndote ver como que eres tú la paranoica que ve maldad en todas partes, cuando lo único que te diferencia de los demás es que tienes los ojos bien abiertos y usas el cerebro más que el promedio.
Del consejo no pedido pasan fácilmente a la imposición de cosas, "es que tú debes hacer" tal cosa, "es que tienes que" lo que sea. Es como si fueras una suerte de niño pequeño con algún retraso severo que no puede discernir por sí mismo. Y esa gente que a veces tiene la mala fortuna de toparse con gente inteligente pero a su vez mal intencionada, luego se pregunta por qué le son infiel, por qué los estafan, por qué hasta su familia le tiene lástima solapada, sin dejar de tildar a la gente honesta que le dice las cosas de la cara como mal pensada, hiriente, enojona, sin ni un ápice de agradecimiento por no mentirle a la cara como todos los demás.
En fin, es cierto que antes también estuve en el lado del tratar de ayudar cuando nadie me lo pedía, pero aprendí muy rápido y sé que hay que respetar al otro en su individualidad, aunque no estés de acuerdo con su proceder o no le encuentres sentido (eso no significa que no puedas reflexionar en torno a ello). Supongo que estoy en una etapa de la vida en que o te comes el plato entero o mejor ni lo huelas (creo que es inevitable que haga ejemplos o analogías con comida, lo siento).
Eso.-

miércoles, 24 de agosto de 2016

La rutina

Generalmente se utiliza esta palabra como sinónimo de algo repetitivo y aburrido a la vez, pero a mí me parece que lo aburrido o desmotivante es porque la propia persona tiene una vida que no lo satisface, No creo que alguien que hace lo que le gusta todo el día se queje de la rutina. Y no logro entender a esas personas que dicen que el pollo con papas fritas es rico pero no todos los días... De verdad prefieren alternar eso con guatitas? (Disculpen si tienen hambre o son muy asquientos, sé que los ejemplos con comida son el recurso fácil, pero esa era mi idea).
Ahora, también hay que ser tolerantes con los gustos de cada persona y respetar eso, por ejemplo, a mí me encanta leer, escribir, cantar, escuchar música, pintar mandalas, ver series, jugar con el celular, revisar redes sociales y hacer elíptica (sí, también me ejercito), pero a mi mamá le encanta tejer, coser y ver televisión y es respetable, no tiene que ver con la edad sino con las habilidades... tengo una guitarra eléctrica prácticamente nueva que se llena de polvo porque no me nace practicar (lo mismo pasó antes con la de palo, supongo que me compré la eléctrica sólo para cumplirme una vieja promesa adolescente... aunque si aparece algún profesor sexy estoy dispuesta a hacer que me nazca... if you know what i mean).
Soy una defensora de la rutina, de verle el lado amable, es nuestro espacio seguro, donde estamos cómodos y somos nosotros mismos y si no estamos satisfechos, sólo hay que cambiar esa rutina, paulatina o bruscamente, dependiendo de nuestras posibilidades.
Antes trabajaba en un lugar espeluznante, en el que el dinero era muy bueno, pero no me sentía para nada bien y aunque suene a cliché, renunciar fue lo mejor que me pudo haber pasado, ahora, es verdad que gano menos dinero, pero me muevo todo el día y aún así tengo tiempo para mí, que soy lo más importante. Sé que la sociedad y quizás también mi familia me presionarán para generar dinero (me acordé de una canción "wake up, you need a make money!"), pero como dicen los españoles, por el momento, "me la suda" todo.
Estoy en proceso de disfrute, contemplativo, casi zen, pero con algo de chic.
Creo que con esto tiene mucho que ver esa frase que dice que cuando trabajas en lo que te gusta, finalmente nunca trabajas, lo mismo pasa con la "odiada" rutina, si realmente haces lo que te gusta, por qué te aburrirías?

martes, 23 de agosto de 2016

La alegría

Sería lindo que cada uno de nosotros en vez de escribir en el calendario los compromisos que tenemos que hacer, dejemos registrado lo bueno o lo mejor que no pasó durante el día, una especia de calendario de las cosas buenas. No tienen por qué ser grandes cosas, a veces una simple sonrisa de un extraño puede alegrar un día gris.
Debo confesar que este tipo de entradas alegres no serán las eventuales en este blog, porque como muchos, soy la reina del consejo perfecto al desconocido pero con un pésimo manejo propio. Tal vez sea porque nadie se da la lata que me doy yo escuchando los problemas ajenos, pero la verdad es que siento cierta satisfacción en ellos. Es bueno conocer gente a la que le pasen cosas. De hecho tengo rondando una idea de novela hace tiempo en la que se tomará ese tema, pero la pereza me consume.
Bueno, hoy es uno de aquellos buenos días, nadie me dijo que me había y que no podía vivir sin mí y tampoco me gané algún premio multimillonario ni bajé milagrosamente los 50 kilos que me sobran (sí, un ser humano completo invade mi sensual cuerpo sin mi autorización, pero ya le tengo cariño, es como el mal de Estocolmo), pero sigue siendo un buen día.
Es como si tratara de disfrutar mis últimos días rutinarios, casi como una suerte de premonición trágica, como si inconscientemente tratara de ver el lado bueno de las cosas, casi forzándolas, como si supiera que pronto pasará algo muy malo y quisiera atesorar estos momentos como muy hermosos, agrandándolos, embelleciendo una simple rutina, aferrándome a la nada para tener lindos recuerdos.
En todo caso no estoy anunciando mi próximo suicidio... La vida me ha enseñado que hay múltiples formas de morir... Y ya he experimentado varias... 
En fin, la cosa es que estoy alegre y como no es muy usual hay que celebrarlo y qué mejor que escribiéndolo acá... No por nada este blog se llama La Mina Amarga/á (nótese que doy la opción de ponerle el acento de manera aguda o grave, depende del gusto del consumidor)
Inevitablemente estoy dudando de mi alegría, como trato de racionalizarlo todo, busco los motivos de este raro sentimiento y no los encontraba, hasta un segundo atrás, lo recordé mientras escribía este último párrafo luego de pensar algunos segundos para iniciarlo.
La razón es que estoy leyendo un libro que ataca a dios, pero no al que se supone que es de verdad, sino al que todos creen que es el de verdad y me recordó que bien en el fondo sí creo en ese dios (pero en el que se supone que es el de verdad no en el que creen todos), y yo también le digo amor y tengo esperanza de que existe, aunque yo no lo haya experimentado... aún... no creo que el ser humano sea tan inteligente como para meramente inventarlo y plasmarlo en libros, películas y canciones, alguien debe haberlo experimentado de verdad.

lunes, 22 de agosto de 2016

La pertenencia

Este fin de semana fui a un local al que no había ido nunca, de hecho con suerte y sabía que existía y me llevé varias sorpresas, empezando por lo grande que era, ya que de fuera con suerte y distingues la puerta, pero más que eso fue la gran cantidad de gente, lo que me llevó a pensar de que obviamente siempre hay gente para todo (después fui a otro local y también estaba lleno). Lo interesante para mí de este ejercicio es que, no conocía este local ya que el estilo musical no es de mi preferencia.
Soy una mujer tolerante y abierta a muchos géneros musicales, de hecho, precisamente me encanta conocer lugares nuevos, pero mi estado actual (de hecho ha sido permanente) me hace preferir locales donde se pueda conversar, tomar, fumar, comer y escuchar buena música (entiéndase buena música rock y sus derivados, electrónica y pop) y este era un local de salsa, cumbia y demás estilos afines. No es que me desagraden, es sólo que mi estructura mental inevitablemente me hace asociar estos estilos al baile y si no voy a bailar, entonces para qué? Y por qué no voy a bailar? Fácil!, Ya me cansé de bailar entre mujeres o hacer el tercio con una pareja de amigos o amigas. Si estamos en un contexto de música electrónica da igual porque ahí cada cual baila solo, pero estos bailes caribeños implican pareja, idealmente heterosexual, entonces ya pasé por esos años en que era niña y no se veía tan penoso, ahora prefiero quedarme sentada o de entrada evitar lugares así. El baile no es mi talento, al menos no mientras no tenga pareja.
Tengo súper claro que esto es una volada muy personal y no tiene por qué ser el pensamiento de la mayoría.
En todo caso me estoy desviando del tema. Una de las cosas que me gustó es que había muchos extranjeros, venezolanos, colombianos, caribeños en general y me alegré por ellos. Me alegró que hubiera un lugar que les recordara aunque fuera una pincelada de sus raíces, los vi cantar los clásicos de su tierra a todo pulmón, bailar como sólo ellos saben hacerlo y pensé que debe ser bonito estar tan lejos de tu gente, pero por un par de horas olvidarse de todo y estar en su salsa (nunca mejor dicho).
El punto es que me fui al otro lado de la moneda, al mío y me pregunté, si estuvieras fuera, encontrarías un lugar así? te gustaría ir a él? qué cosas extrañarías? siento que pertenezco a alguna parte? cuáles serían mis raíces? Quizás pondría a la Violeta Parra, Inti Illimani, Manuel García, Gepe, Mon Laferte o Los Prisioneros. Pero sería realmente parte de mí o sólo un intento forzado por pertenecer a este país?

domingo, 21 de agosto de 2016

La decepción

Aviso que haré una referencia a una serie que estoy viendo, ya que mis fuentes de inspiración generalmente son externas, ya que la vida real siempre es bastante aburrida (hablo por mí). En fin.
Hay una mujer que ha tenido una vida horrible (drogas, pobreza, prostitución, etc) pero en un par de parejas, en especial la primera, le mostró que había algo más a lo que aspirar, eso que llaman amor, un lugar seguro al que se supone que uno puede aferrarse cuando cae en los pensamientos destructivos tan comunes cuando se tiene una mala vida. Sin embargo, es esa misma vida la que por circunstancias ajenas a ellos los separa... bajo una promesa... él volverá, regresará a rescatarla de ese mar de inmundicia... y ella cree, quiere creer en ese juramento, en que la distancia y los años no borrarán esas palabras esperanzadoras.
No sabemos si el tipo fue un maldito que se olvidó de ella y simplemente los acontecimientos jamás los volvieron a reunir, sólo sabemos que ella ahora está en la cárcel y en sus visitas no está ese joven amor. Pero increíblemente, allá adentro, sola en un mar de gente, ella no perdió la esperanza del todo, quizás no se acordaba de este hombre, pero sí recordaba la sensación de sentirse amada, de tener ese bastón que nos afirma cuando estamos en esos malos días. Y ve a una persona, un guardia de prisión, que se muestra así, como aquel chico de hace tantos años atrás, ríen, conversan y vuelve a nacer esa chispa y resurge la esperanza.
Pero este hombre es distinto, no es malo, pero tampoco es bueno, es como la mayoría, camina en medio de dos fuerzas que se contraponen y lamentablemente, en medio de esta confusión de sentimientos, le recuerda el pasado, pero no las caricias y palabras bonitas cargadas de ternura. Le recuerda de que este hombre tiene "poder" sobre ella, pero no sólo por el hecho de ser un guardia y ella una prisionera, sino que además tiene pene. Simplemente eso. Así que en un arranque de "locura" la violó. Igual que esos chicos que la chantajeaban con unas gaseosas para que ella tuviera sexo con ellos. Igual que esos tipos que le exigían sexo a cambio nimiedades que ella en su pobreza no tenía.
Y mientras ella era ultrajada, todos esos recuerdos y esas decepciones que le volvieron a su realidad, le arrancaron una lágrima, una sola, que corrió por su mejilla entre cada embestida.
A las mujeres duras se nos cae sólo una, y sólo cuando una nueva decepción nos rebalsa el vaso de los ojos, siempre con las compuertas del embalse cerradas.
Sé que puede sonar a exageración, pero suelo extrapolar lo que ocurre en mi ficticio alrededor y conseguir las mismas reacciones, la misma lágrima que corre, por mí y por tantas para las que esta historia no es ficción.

sábado, 20 de agosto de 2016

Los prejuicios

El ser humano es tan egocéntrico, que siempre cree tener las respuestas para todo, esta es la razón por la que yo creo (sí, también formo parte de la humanidad y creo saberlo todo) que se dan los prejuicios. Nos emociona pensar que sin darnos el tiempo de conocer al otro en profundidad, ya sabemos cómo es por su forma de vestir, de actuar, de maquillarse, de expresarse y un largo etcétera. Ahora, seamos realistas, muchas veces los prejuicios son fruto de generalizaciones, ya que muy probablemente nos hemos enfrentado a personas con determinadas características externas que tienen en común similares cualidades internas.
Y es ahí donde está el problema, en la generalización, obviamente es el recurso fácil, ya que es casi instantáneo, pero no debemos olvidar nunca que cada persona es un universo completo, que por supuesto que va a compartir elementos con otros, pero no lo hará exactamente igual (ni los gemelos lo son). Cada cual responde a crianzas, contextos sociales/económicos, geografía, entre otros tópicos diversos, por lo que si bien inevitablemente compartiremos cosas, eso no nos convierte en una especia de clon de otras muchas personas.
Claro que no tendremos el tiempo ni la paciencia o la disposición para conocer en profundidad a cada ser humano que se cruza en nuestro camino, pero lo importante es no otorgarle una etiqueta previa, simplemente dejarse sorprender. Seguro que habrán muchas decepciones, es natural, ya que no todas las personas querrán o adivinarán qué es lo que nosotros queremos de ellas, es por esto que se vuelve tan importante la comunicación.
Debo confesar que en este último punto tengo una suerte de teoría que básicamente se resume en que la persona indicada, técnicamente sí debería "adivinar" lo que esperas de ella, y será feliz complaciéndote (la idea es que este sea un ejercicio mutuo). Volviendo al punto, me parece que es de personas inmaduras y/o ignorantes el tema del prejuicio. Todos podemos tener nuestros momentos estúpidos, lo importante es que sean eso, sólo momentos.
En fin, la invitación es simplemente a no ser parte del gran grupo de personas que con dos o tres datos se forman imágenes la mayoría de las veces equivocadas de otros.
Eso.-

viernes, 19 de agosto de 2016

La soledad

Para una persona común, la soledad es algo que no se quiere para la vida, si esta persona es una mujer, tenerla como compañera es una decepción y negación constante, pero si más encima, es la mejor amiga de una mujer que sólo la conoce a ella, la sociedad la tilda de perdedora absoluta, de cobarde, de no tener un rumbo u objetivo en la vida, casi quitándole su calidad de ser humano y que no se le ocurra que además, ni siquiera pretende ser madre, porque eso es una blasfemia a la vida, una contradicción al hecho de ser mujer.
Incluso las señoras más puritanas inducen al embarazo "aunque sea solita" dando a entender de que si no fuiste capaz de tener una pareja (casarte) al menos te acuestes con cualquiera con tal de quedar embarazada, como si un hijo fuera un objeto, un premio de consuelo al que aferrarse para enfrentar la oscuridad que se viene con la vejez, escudándose en los nietos y familia que generará ese ser que regalaremos al mundo.
Con estas palabras sólo grafico las faltas de respeto quienes decidimos disfrutar de nuestra soledad.
Quiero aclarar que no estoy haciendo una apología de ella, ya que cada cual es libre de estar con quien se le dé la gana, el punto es que también hay que respetar a quienes simplemente no nos sentimos cómodas con otra persona, porque nos negamos a conformarnos con alguien, porque no estamos amargadas soñando con un príncipe azul, ya que tenemos nuestro propio caballo para ir donde queramos (favor no asociar la última idea con una analogía del lesbianismo... aunque esa puede ser otra de las razones por las que una mujer "sospechosamente" no tiene nunca pareja/hombre).
Razones hay muchas, lo importante es disfrutar cada etapa y no estar amargadas porque no cumplimos con los cánones que la sociedad nos impone. Y ojo, que no lo estoy asociando a las sociedades patriarcales que están tan en boga en algunos discursos (aunque harto hay de eso), ya que mis teorías sobre eso apuntan más hacia una ceguera heredada de la religión que de un aspecto económico.
En fin, respeto (más que tolerancia) para todos, en especial para mis socias rebeldes que viven a su aire y no les interesa seguir caminos ya andados por tantas (con tan desiguales resultados).-

Bienvenida

Hola! Esto es sólo una entrada de bienvenida, como el título lo dice, y es una forma de tratar de explicar la creación de este blog.
Básicamente siento que no hay muchas cosas en la sociedad o la web que me representen. En ningún caso digo que soy única en mi genio, ya que sé que hay muchas como yo, pero no es lo más común, de eso sí estoy segura, no hay muchos espacios que me representen.
El título del blog es simplemente una ironía, ya que generalmente se asocia a la amargura cuando una persona dice directamente las cosas que no le gustan, que le desagradan, en fin, cuando da su opinión sin tapujos, sin miedo a caer mal, otras variantes pueden ser resentida, envidiosa y un largo bla bla blá que la verdad ya no me afectan, supongo que es lo bueno de estar cerca de los 30, si no me importaba a los 15, ahora qué más da.
Lo de mina también es una ironía, claramente no lo soy, quizás eso justifique en parte el adjetivo calificativo que lo sucede, peor no ahondaré mucho en eso, porque claramente se presta para una larga lista de interpretaciones asociando lo físico con lo psicológico, aunque en parte sí me parece relacionado, sé por experiencia que no es necesariamente así, ya que a mi juicio tiene más que ver con etapas de la vida, hay veces en que todo lo vemos rosado y en otras todo es gris. Supongo que a lo largo de este blog irán viendo cuándo esté en cada etapa.
Trataré de que esto no sea un diario de vida, porque asumo que es algo que a nadie le interesa saber, así que serán reflexiones más globales, a partir, obviamente de situaciones reales que trataré de no profundizar mucho para no herir susceptibilidades de posibles seres que se sientan tocados con lo que pueda o no decir.
Espero ser constante y más allá de eso, me gustaría que hubiera interacción respetuosa y lo recalco porque las cosas morales tienden a ser intensas e irse al plano personal con ataques de ese estilo que a parte de mal gusto me parecen tristes ya que denotan que no sienten argumentos reales o de peso, por eso se recurre a cosas de esa índole.
En fin, ya me extiendo mucho y sólo es una presentación, así que ya me largo.
Eso.-