En estos últimos días he podido vivenciar la importancia que tiene para la mayoría de las personas las ceremonias de cierre de procesos que creen importantes. Algunos se emocionan, otros lo esperan con ansias, pero para mí sólo significan una excusa para comer y producirme y así sacarme fotos con alguna especie de sentido y nada más. No necesito de ceremonias que me recuerden el paso que estoy dando.
Si se supone que es importante basta con que se culmine algo, no es necesario hacer estas ceremonias que de práctico tienen poco y que muchas veces, en especial a las personas más humildes, sólo le significan gastar dinero que probablemente no tienen en conmemorar un momento cuyo único valor la mayor parte de las veces no es más que simbólico, ya que los procesos acaban igual con o sin ceremonias que lo conmemoren.
En fin, a eso hay que sumarle que cuando hay personas complejas que están en lados opuestos de la situación probablemente haya un enfrentamiento, donde lo único posible para las personas neutrales que se encuentran en medio de la problemática es huir o tratar de consensuar, aunque muchas veces esto último sea extremadamente imposible, ya que eso de quedar bien con dios y con el diablo puede resultar en un desastre.
Simplemente hay que inclinar la balanza hacia el lado que más convenga y aunque los estratos de poder son igual de traicioneros que aquellos a quienes servimos de buena fe, al menos a los primeros se les puede sacar algo de provecho, en cambio por el otro lado generalmente sólo encontramos decepciones y crónicas de muertes anunciadas que no quieren ser reconocidas por sus protagonistas, pero que para nosotros son evidentes.
Lo pero es que pronto me tocará organizar uno de estos eventos y antes de empezar ya tengo un montón de problemas, como la soledad, el poco compromiso ajeno, el vacío, entre tantos otros sentimientos negativos que vienen emparentados cuando nos enfrentamos a esos cumpli-mientos a los que nos tienen acostumbrados en esto que llaman educación. Quizás algún día estudie música, últimamente hay harta demanda y es menos estresante y más juguetón.
Eso.-