Debo reconocer que esta es una de esas bandas a las que extraño mucho y por muchísimas razones, una de las principales sin duda alguna es el montón de recuerdos de mi época liceana, algunos amores irrealizables que se gestaron en medio de las baladas románticas que escondían estos armenios entre gritos y reclamos y crítica social al sistema imperialista de los estadounidenses a la que en ese minuto no le tomaba mucho el peso, pero que el tiempo sin duda alguna les ha dado la razón.
Y es que System of a down me parece que es una de las bandas que marcó o debió haber marcado a más de alguna generación, cualquier persona que ronde los treinta años debería recordar al menos dos canciones de esta banda, de lo contrario me parece que su existencia no es otra cosa que una falta de respeto, donde la verdadera música jamás pasó por sus imberbes oídos y es que Serj Tankian, Darion Malakian, Shavo Odadjan y John Dolmayan eran una banda de aquellas.
Las armonizaciones, no sólo instrumentales, sino que además en las voces de Serj y Daron, conjugaban lo mejor del rock, metal y sonido étnico armenio. Y aunque son reconocidos por el "trabalenguas" que para algunos significa la letra de Shop suey, para mí las mejores canciones, onda ganas de bailarlas pegadita a alguien son Lonely Day y Roulette, que si bien son de discos distintos comparten el romanticismo que se esconde tras la melena metalera y la barba de chivo rebelde.
Una lástima que se hayan separado, aunque no me extraña para nada que el ex vocalista de SOAD actualmente se dedica a escribir cuentos infantiles en la mansión que tiene en una isla privada, tal vez están en una etapa en la que quieren entregar un poco más de esperanza y como es difícil hallarla y repartirla, prefieren el silencio, ya que esta es una banda de fuertes sentimientos pero también despiadas en sus certeras críticas.
En fin, quizás nos falte un poco de cruda realidad para dejar de autosobajearnos y estar mandando mensajeros que nos pidan flores cuando no las hemos ganado, System of a down, siempre me recordará de que en el fondo siempre seguiré siendo una adolescente disconforme que reclama sus derechos, aunque viva en un Halloween eterno en el que esté disfrazada de profesional autosuficiente e interesada en el futuro.
Eso.-