Sé que hoy correspondía publicación de maquillaje, pero pronto publicaré la colección de esmaltes, cuando tenga más tiempo, ahora no lo tengo, pero me apetece escribir, Tengo que sacarme de alguna forma el veneno de hoy y aunque ustedes no tienen la culpa, en realidad ese ustedes es tan lejano. Aún se sienten ficticios, aunque sé que existen y que están maravillosamente desperdigados por el mundo.
Me parece que esta publicación va a tener mucho de diario de vida, pero me encanta decir mucho sin en realidad decir nada, porque nadie me conoce y yo creo conocerlos a todos, pero en realidad no somos más que máscaras y eso es quizás lo que me tiene mal hoy. Sentir que me obligan a ponerme una, cuando yo en realidad lo único que quiero es leer, escribir, bailar y cantar, como si fuera una artista atrapada en el inmenso cuerpo de una profesional.
Es raro que a mis casi treinta ya siga teniendo esas ilusiones de adolescente, pero siento que ahora tengo un poco más de valor, mutar los sueños tiene algo bueno, cierto poder adquisitivo, pequeño pero constante que nutre ese sueño más grande. Aunque ahora que lo pienso, quizás esta melancolía se produzca en que vuelven las mariposas a ese sitio que ya se sentía baldío, pero es decepcionante saber de antemano el final.
Valdrá la pena jugar a ser tan aventurera? La pregunta es esa. Dicen que para tener resultados diferentes hay que hacer acciones distintas. Pero es que el valor no creo que me alcance para tanto, porque al final sigo siendo la misma cobarde de siempre, esa adolescente fofa que confió en su palabra y se fue emocionada a su casa creyendo que su promesa era cierta y que sólo faltaba una semana para cumplir su sueño en realidad.
Soy la misma que estaba dispuesta a traicionarme a sí mismo con tal de recibir esas lindas palabras que salieron huyendo cuando vieron su ridículo acto de valentía con una respuesta favorable. La misma que esperó años un cambio de actitud hasta llegar al punto de aborrecer a aquel al que amó. Y es que me pongo tan cursi y patética cuando hablo de mí en estos momentos de tristeza milenaria que mejor huyo otra vez.
Eso...