sábado, 11 de febrero de 2017

Jorge Luis Borges

Me parece que para cualquier lector que se digne a llamar como tal, este autor es un imprescindible y no sólo considerándolo uno de los principales exponentes de la literatura hispanoamericana, sino más que nada como un representante de la literatura mundial, ya que para los que lo hemos leído podemos darnos fácilmente cuenta de que no refleja necesariamente el espíritu costumbrista de los nacidos en esta tierra salvaje.
Borges es un exponente más bien de la cultura anglosajona que se matizó con lo latinoamericano y de esa mixtura salió la brillante compilación de cuentos de este autor. El formato elegido no tiene nada de azaroso, como todo en la obra del argentino, ya que precisamente él fundó la corriente ultraísta en donde lo que se pretendía era precisamente la utilización justa de las palabras, es por esto que Borges cuenta con un amplio uso de nuestra lengua.
Su idea era evitar las redundancias, por eso escudriñaba en nuestra rica lengua para encontrar el vocablo exacto que graficara lo que quería expresar sin necesidad de dar grandes vueltas sin sentido. Es por esto que si bien sus textos pudieran parecer breves en cuanto a palabras, tienen múltiples significancias y cuentan con una profundidad pocas veces vista en, por ejemplo, grandes súper ventas de cientos de páginas, que abundan en la actualidad.
A esta característica de su estilo, hay que agregar otro detalle y es que tenía esa manía de darle credibilidad a sus escritos de las más brillantes formas, como citando, a través de hipotextos, hipertextos, entre otras técnicas, para que quedara claro que sus ideas no eran sacadas de la nada, dotando de un respaldo teórico pocas veces visto, lo que tiene un plus extra si consideramos que hablamos de literatura fantástica, por lo que dar credibilidad tan potente es un gran mérito.
Lástima que haya sido un escritor (de los muchos que existen) que no recibió (y a mi juicio aún no recibe) el reconocimiento que se merecía. Porque cuando hablamos de él, un Nobel es poco, pero hasta esto no lo recibió por manipulaciones políticas (sabemos que en el ámbito artístico en general, ser de derecha es considerado alta traición y si se te ocurre visitar a Pinochet en plena candidatura literaria, te acabas de suicidar)
Eso.-

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