sábado, 25 de febrero de 2017

La cultura huachaca de Pablo Huneeus

Este libro lo leí hace sólo un par de meses y a pesar de haber sido publicado hace 36 años, es increíble lo actual que encontré todo, sobre todo en relación a las temáticas sociales, que obviamente es lo que prima en el libro, aunque cuando habla de la televisión, la radio y las revistas (dejando de lado el internet, las redes sociales y los celulares por atemporales) nos damos cuenta que las problemáticas son básicamente las mismas.
Además me pareció oportuno reseñarlo ahora ya que estamos en plena vigencia de este circo, esta huachaquería a la que hace referencia el libro, a través del Festival de Viña del Mar, sobre todo si consideramos específicamente lo sucedido en el día de hoy con la suspensión del piscinazo de la reina del festival, (en esta oportunidad fue elegida la doña nadie Kika Silva... nada contra ella pero no me atrevería a catalogarla de artista)
Me encantó que un hecho social tan potente como una protesta haya sido capaz de postergar (para mi gusto debería haberse eliminado) un acto tan huachaca como el del piscinazo, que no es otra cosa que un muestrario de carne porque sí, la ganadora ni siquiera pertenece al espectáculo del festival (dentro de las candidatas no estaban Mon Laferte, Carola de Moras, Lali Espósito, que no se puede negar que son guapas), lo que pasa es que no es necesario ser bella, sólo huachaca, como sinónimo de vulgar.
Y quizás parezca más crítica del festival que reseña del libro, pero es que siento que es el mejor ejemplo de lo fundamental que es este libro para entender en parte la idiosincracia de nuestra cultura, porque por fuerte que suene, de eso estamos hablando, no de casos aislados sino de que lo realmente es importante para nosotros como país, ya que leyendo los comentarios a propósito de este histórico bochorno, la mayoría lamentaban más la falta de piscinazo que las precarias condiciones en las que vive la gente de la toma.
Es más, no faltaron los comentarios de facho pobre en el que se culpaba a los protestantes de ser unos vagos, que quieren todo gratis y el típico discurso que si bien puede tener algo de verdad no puede lanzarse a priori sin tener ni la más mínima idea de la realidad de esa gente, ignorando por completo que la alcaldesa les prometió hace dos años agua potable y electricidad, cero empatía.
Eso.-

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