lunes, 10 de julio de 2017

Métodos de crianza

En primer lugar quiero dejar muy en claro que esta es una opinión estrictamente personal y que no pretendo ser ningún instructivo de crianza ya que supongo que cada madre o padre tiene derecho a criar a sus hijas e hijos como le parezca mejor según sus circunstancias y que está dispuesta o dispuesto a asumir las posibles consecuencias positivas o negativas de esa decisión, así que partiendo de esta base, comienzo con mi perorata.
No soy una defensora de los gritos, ni de los golpes, ni de nada que tenga que ver con la violencia, pero siento que el pasarse al otro extremo de la balanza está causando que las generaciones de hoy en día tengan un nulo sentido de respeto por la autoridad, lo que es muy peligroso, debido a que los hace temerarios, en las ocasiones en que quizás sería mucho mejor ser más frío, no tan temperamental, un poco más prudente.
Mi intención como persona y además docente, es formar a seres humanos críticos de su entorno, pero bajo argumentos sólidos y ciertos arranques de osadía desmesurada sólo demuestra inmadurez, impulsividad y cero espíritu estratega, lo que los hace parecer un chiste, por muy válidos que sean sus argumentos, pero esa ansiedad hace que no se los tome realmente en cuenta y se les ignore por completo.
Lo menciono especialmente en las luchas de poder entre jóvenes y adultos, sé que las personas mayores tienen la ventaja de la experiencia en muchísimas cosas, pero también tienen una gran desventaja y es que todas esas experiencias se basan en acontecimientos pasados y no están contextualizados en la sociedad de hoy que es muy diferente a las experiencias de vida que ellos tuvieron en su juventud.
Pero los nuevos métodos de crianza, promulgados por esas madres y padres avergonzados y culpables de querer trabajar por sueldos miserables y así darles el buen pasar económico que seguramente ellos no tuvieron (dejando de lado el bienestar emocional que es incluso más necesario que el alimento), hace que generaciones de seres humanos estén acostumbrados al aquí y al ahora, avasallando con su personalidad y quedando en el más absoluto abandono cuando de temáticas serias se trata.
Eso.-

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